Esta es mi sangre,
Roja, como tu coraje.
Pura, como tu esencia.
Triste, como tu elegía,
hoy ignorada,
¡Tu, Cristo Jesús¡
Nos enseñastes, que para seguir hay que morir,
y para vivir hay que sufrir,
por eso digo hoy, vengan camaradas,
sigamos los caminos de Jesús el caminante, que por ser fiel, a su padre,
se sacrificó por salvarte.
Oh.. buenos camaradas de la vida, acompañenme,
traigan su amor, y unamos martillo,
Sudor, Evangelio, Trabajo, SANGRE.
Para así poder salvarnos, pues evangelizaremos, como lo enseño Romero, nuestro fiel pastor y hermano.
Pues en un pueblo organizado, el Espíritu Santo
quiere que nos convirtamos,
Resucitemos la santa revolución.
Aquella, que nos da libertad y amor
Destruyamos a la nobleza burguesa,
Que en esencia, es la herramienta opresora del príncipe de las tinieblas.
-UNAMONOS-
y amémonos, los unos a los otros.
Destruyamos las estructuras opresoras del pecado,
pues hay que acabar la lista.,
...de esta era imperialista...
porque conocemos la historia y la llevamos en nuestra memoria,
junto al corazón,
y el pueblo tiene la razón,
solo Dios puede dirigir una revolución,
fundada con justicia y amor,
pues Dios,
esta en el pueblo,
y por ello lo llevo en mi corazón.
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sábado, 19 de abril de 2008
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