Para María y Mariano Coronado
Dolor del mundo entero que en mi dolor estalla,Hambre y sed de justicia que se vuelven locura;
Ansia de un bien mayor que el esfuerzo apresura,
Voluntad que me obliga a ganar la batalla.
Sueño de toda mente que mi mente avasalla,
Miel de amor que en el pecho es río de dulzura;
Verso de toda lengua que mi verso murmura,
Miseria de la vida que mi vergüenza calla.
Poeta soy… y vengo, por Dios mismo escogida,
A soltar en el viento mi canto de belleza,
A vivir con más alto sentido de nobleza,
A buscar en la sombra la verdad escondida.
¡Y las fuerzas eternas que rigen el destinoHan de volverme polvo si equivoco el camino!
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