miércoles, 22 de julio de 2009

Polarizado


POLARIZADO

Por Jano Brifonte

  • ¿A que horas es la reunión?

  • Era la una en punto. Respondió la agradable vos femenina.

El diputado miro su reloj -era un Rolex- las tres de la tarde con quince minutos

  • Bueno, ha ver si llego, si no diga que salí a un asunto oficial. Y colgó.

La camioneta todo terreno del año y full extras, corría por el boulevard, entre centros comerciales de lujo.

Las reuniones de los miércoles ¿A quien le importan? Hay más de diez comisiones, como si no fuera suficiente con asistir al pleno.

En las aceras el sorbete de los carretones, se derretía como maquillaje bajo el turístico sol del trópico.

Busco en el cenicero, todavía quedaba un buen pedazo, era un puro cubano, que le habían enviado desde Miami. Saco su encendedor chapado en plata, giro la rueda y las chispas saltaron, a punto de quemar el tabaco se detuvo, sonrió y lo cerró con un clip.

Presiono el interruptor de la ventanilla que bajo lentamente. El conductor lo espió por el retrovisor y se limito a darla mas potencia al aire acondicionado, que comenzó a zumbar. Del bolsillo interior de su saco extrajo su última compra, era un encendedor de edición limitada de siete colores iridiscente, por supuesto carísimo. Pero el podía darse ese gustito cada semana, era lo justo por trabajar tanto para el pueblo.

La primera bocanada se desprendió de sus pulmones.

  • Si la política fuera, tan fácil como fumar.

Hacerle ver a un diputado de la oposición, que estaba equivocado era un lío, tener siempre la razón era un maldición a veces.

El diputado Matusalén volvió a sonreír, por supuesto no era su verdadero nombre, pero llevaba ya tantos periodos reelectos, que nadie podía recordar en que año entro a la asamblea y los que más o menos se atrevían a suponer, decían que era anterior a la ultima aprobación de la constitución, otro de sus apodos era gato montes por lo astuto decían sus amigos y para los adversarios por mañoso.

Su celular vibro uno, dos, tres veces, la canción de Vicente Fernández, le hizo reaccionar. Era el compadre.

  • ¿Qué tal licenciado?

  • Por aquí a una reunión

  • ¡Lastima!

  • ¿Por qué?

  • Acabo de comprar unos terrenos por Apulo, a ver si dábamos una vuelta y de paso.

  • ¿Si?

  • Pues no echábamos unas polarizadas.

  • Hombre no faltaba mas, espéreme en la gasolinera.

Imagino la cara de los demás miembros de la comisión –se iban a cagar de bravos- era la cuarta vez que faltaba, pero la culpa la tienen ellos y esa nueva babosada que se inventaron de polarizacion política

  • Ya van a ver lo que es andar bien polarizado –reía a carcajadas-

Se encendió la luz direccional y la camioneta entro lenta en la gasolinera, donde otra de características similares, pero azul oscuro se encendió y tomo rumbo al norte, tras ellos otra negra los escoltaba.

Los guardaespaldas, son para gente que se cree importante, pero los que realmente lo son, no los necesitan, pues son intocables.

El caso del compadre era la excepción no eran, para cuidarlo a el si no a los demás, pues es bien conocido su carácter y sus extravagancias y los problemas que le ocasionaron en Nicaragua, Honduras, Argentina y casi le cuestan la cárcel en Colombia y la negación de su entrada a Costa Rica.

En pocos minutos cruzaron los bosques y pasaron de largo el centro turístico, salieron de la carretera por una desviación a la derecha, hasta toparse con una reja de hierro negro forjado y rematada con la flor de liz, al cruzarla apareció una casa blanca pequeña pero elegante, con ventanas tipo espejos, que resaltaba entre el azul y el verde del paisaje, piscina con laja dorada, una antena satelital. El compadre fue el primero en descender y fue a su encuentro –nada como tener aun diputado de amigo, para tener una manita en el gobierno- Matusalén lo saludo afectuoso.

  • ¡Esta bonito el terrenito!

  • ¿Cree compadre? Veámoslo mejor tiene ocho manzanas y allá –y señalo un promontorio de tierra- le están construyendo una cascada.

¡Tener una cascada, en una casa junto al lago! Es una suntuosidad increíble –pensó el gato montes- a quien se le ocurre

  • y por allá -y señalo al lago- estará el muelle techado para los Jet ski, que por cierto, ahorita están en la aduana.

  • Ya veremos la forma de sacarlos rápido, ingeniero no se preocupe.

  • Venga –le dijo- y tras la casa vieron varias filas de agujeros – aquí estarán los cocos enanos- el diputado sonrió –Que bonito. Que bonito.

  • Que bueno que le guste compadre, por que el sábado le envió los papeles para que los firme es suyo.

Los ojos de matusalén se abrieron, como si descubriera un monstruo marino en el lago, luego rió como niño con juguete nuevo

  • ¡Compadre?

  • Es solo un regalito, por los favores que me hizo el año pasado. Dios tarda pero no olvida. Hay que ser agradecidos- añadió-

  • Pero hay mas en la casa vamos a ver.

Deslizaron la puerta de vidrio y una mesa de billar nuevecita los recibió, junto a una TV de 70 pulgadas LCD, abrieron la puerta de la sala y entre los sillones tipo árabes azules, dos muchachas morenas y piernudas los esperaban, con lencería roja y negra, en la mesita del centro había un cenicero lleno de cocaína, con varias líneas ya hechas, las chicas estaban alegres.

  • Escoja la que quiera, o si quiere las dos.

  • Mmm…

  • Hombre, no hay problema.

Las jovencitas se acercaron sonrientes, totalmente drogadas y comenzaron a quitarle el saco, la corbata hasta desnudarlo, sentaron al diputado en el sofá y comenzaron a lamer aquel ardiente bombón y así mientras una lo degustaba hasta el fondo, otra inhalaba algunas gruesas líneas, para volver con mas ansias a su relevo.

Al gato no le gustaban la coca, por eso el compadre, se acerco con un six de cervezas importadas.

  • Me permite

  • Por favor ingeniero.

Una muchacha se acerco al compadre y repitió el proceso, luego de media hora los dos brindaron con un tilín en las botellas, ellas también brindaron pero con semen

  • Y pensar que por poco voy, a esa pendejada en la asamblea.

Las cervezas se consumieron con rapidez y luego de tres six, se encontraban del mejor humor y las niñas encendidas, y comenzaron a tocarse entre ellas para satisfacción de todos.

  • Compadre tomemos un respiro.

El montes asintió y ambos se enfundaron, en batas de seda negra, una bordada con un tigre rojo y la otra con un dragón verde, se dirigieron al lago, la luna salio y todo era plateado placer. El compadre saco su cigarrera chapada en oro y le ofreció uno al diputado, el que tomo para si era de marihuana.

  • Que delicia- dijo el padre de la patria-

Por supuesto para el gato, la marihuana no era ninguna droga, ni mucho menos, pues había investigado de sus beneficios en la Internet y en una revista llamada ajo blanco.

  • Esta si que es una gran vitamina para el cerebro, he leído que previene los derrames cerebrales y ayuda al corazón. Le dijo al ingeniero que sonreía enloquecido.

Se turnaron porro cigarro, final volvieron a liar otro de marihuana, les pareció que varias partes del lago brillaban verdosas, por los platillos voladores que entraban y salían de sus cavernas submarinas.

  • Mejor entremos -dijo el compadre- que las chicas nos esperan

Al hacerlo las chicas realizaban un delicioso 69.

  • ¡Putas chucas!- dijo el ingeniero- permítame diputado que les limpie la boca –¡Aja pendejas!-les grito- habrán bien la boca.

Obedecieron al acto y las comenzó a orinar.

  • Ahora vayan al jacuzzi y lávense bien el ano y esperen ahí.

  • Tomémonos unas cervezas mas

  • Hoy si que ando bien polarizado compadre- dijo Matusalén y comenzó a cagarse de la risa, el ingeniero no entendió pero minutos después empezó a carcajearse.

Lo que siguió a continuación, resulto ser una de las orgías mas memorables, de nuestro ilustre amigo, las putas se habían limpiado, frotado y lamido a conciencia entre ellas y hasta la ultima hendidura estaba limpia y perfumada.

El ingeniero tomo la iniciativa y le ordeno a una que se acostara boca abajo, le abrió las nalgas y procedió a colocar un volcancito de cocaína en su punzante ano, el cual inhalo con ayuda de un billete de cincuenta dólares nuevecito, para terminar lamiendo los últimos residuos, su lengua se entumeció la instante, al ver esto el montes –que como ya hemos dicho, no gustaba de las drogas, excepto la marihuana- dispuso con sumo cuidado una línea, en su miembro erecto, el cual la otra muchacha aspiro con rapidez, para rematar lamiéndolo, el resto de aberraciones quedan en manos, o mejor dicho en la mente del lector.

La mañana siguiente, el diputado fue el primero en levantarse, como era de esperar, las chicas estaban muertas, una estrangulada, la otra con tres puñaladas en el estomago, flotaba en el burbujeante jacuzzi.

  • Este pendejo otra vez con sus mierdas.

En la recamara principal, encontró al compadre, desnudo en un charco de orina. Tomo una ducha, se vistió y salio de prisa.

El chofer lo esperaba –vamonos- estaba cansado y tembloroso, el sonido del celular lo irrito- era una canción de Juan Gabriel el timbre de su esposa, tenía cientos de llamadas perdidas, lo apago.

  • Pase por la gasolinera y me compra unas cervezas- el conductor asintió con la cabeza.

Luego de tres polarizadas bien frías se sintió mejor. Se coloco sus lentes Ray Bam, que había comprado en una visita a New York, el conductor enderezo el espejo retrovisor y le dijo.

  • El señor Cuellar me pidió que le diera esto.

Tuvo que bajarle la aire acondicionado, para poder oírle, era una cajita de madera con un fénix tallado en la tapa, el diputado la miro sorprendido, en ese momento un reten de la P.N.C les hizo señal de alto,

  • Es la policía señor ¿nos detenemos?

  • Hágalo, a ver que quieren esos pendejos

El agente se acerco gritando al chofer.

  • ¿Que no sabe que este tipo de polarizado este prohibido? ¡solo se permite un treinta por ciento segun la ley!

La ventanilla bajo con un sonido eléctrico, el policía reconoció la cara del diputado, pero este no pudo decir palabra, Negrito el sabueso antidroga, comenzó a ladrar aullando, de nada valió la credencial de Matusalén, pues un agente de la D.E.A chequeaba el procedimiento de la operación Eclipse. Dentro de la caja veinte cigarrillos de la mejor marihuana mexicana, ni que decir que fue todo un escándalo, había varios periodistas. El conductor fue condenado por tráfico y posesión. Mientras matusalén ahora enciende su puro Cohiba, recostado en el sofá, con su mirada fija en los Alpes Suizos cubiertos de nieve, deja escapar uno que otro suspiro y piensa.

¿Qué hubiera hecho con unos cuantos millones mas?


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