Por Cristina Patricia Añasco.
Yo buscaba un fierro frío para poner mi mano. En la estación “Santa Ana” subió una travesti con hermoso pelo y uñas larguísimas, era bella. De inmediato hubo cuchicheos. Una madre y su hijo conversaban, el niño pregunta por qué ese hombre se viste de mujer, la madre (en voz baja dice) hijo ese hombre no es normal. Al rato el niño dice: mami yo igual me he vestido de mujer, un día me puse el collar que te regaló mi papi. Una lágrima rodó por la mejilla de la travesti junto con la voz que decía “próxima estación Baquedano…”suspiro.domingo, 19 de julio de 2009
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