
Por Martin Diaz.
Seguimos furtivos
en las raíces del tiempo
donde atraviesan las dagas
y sangran las perlas del pudor
pero en algún atardecer
caerá aquel cetro que dice ser inmortal
Y aquellas dagas serán hermosas magnolias
que resucitaran el cuerpo envenenado
de aquel guerrero inmortal
llamado amor.
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